29 de Diciembre de 2003, Julián Roumec tenía 6 años y daba sus primeros pasos con la naranja en su Necochea natal, entre picados con sus hermanos y amigos. El "Toro" Bonfiglio hacía sus primeras experiencias lejos del club de sus amores, en busca del sueño de ser jugador profesional. "Kekia" Sabater y "Neno" Sena, se divertían en su Santiago del Estero y Corrientes natal, casi sin saber lo que pasaba en su futura casa. Mariano Van Gool se emocionaba al ver festejar a su hermano Guillermo y a sus amigos en el Valentín Pérez. "Bugui" y "Tincho", con sus 9 años, ya eran apasionados al básquet en Necochea y Olavarría, pero ni se imaginaban la locura que había en Independencia 3030, de la ciudad de Mar del Plata. Tampoco Gustavo Moyano, en Tres Arroyos. Juan Galli y Bruno Antenucci, con sus amigos del Minibásquet (y de toda la vida), se colgaban de la terraza del Gimnasio 1 y gritaban junto a la Primera, festejando el 14º título del "bicho verde". Juan Pablo y Diego se alegraban al saber que sus amigos, su familia, su club, daban una vez más la vuelta...
Casi 11 años después, la vida los juntó con el mismo objetivo en la cancha de Unión: darle una alegría más al glorioso Kimberley. Y brindarles la posibilidad de premiarse a ellos mismos por el esfuerzo realizado en estos últimos tres años. Porque al salir a disputar el tercer juego de la final, todos y cada uno de los integrantes de este plantel y cuerpo técnico, pensó una y otra vez en lo que costó llegar a tener esta oportunidad. El "Toro", Julián y "Bugui" se acordaron de cada entrenamiento físico e individual después de hora, "Neno" de las escapadas del trabajo para poder ir a jugar, Diego de lo que transpiró en todo un día de laburo para ver en la tribuna a sus hijos y su mujer, y correr a abrazarlos. Juan y Bruno (a la distancia), de aquel momento en que eran unos nenes y corrían por los entrenamientos del "Negro" Echeverría, Ramella o el propio Goiburu. Mariano recordó toda su vida y la de su familia por y para Kimberley. Matias y "Kekia", pensaron en cada uno de los chicos del club que atendieron en sus centros de kinesiología, para darle una mano al club que los adoptó como una gran familia. Juan Pablo, Lucas y Agustín, pensaron en las horas de videos, las horas sin dormir, la adrenalina de cada noche previa a un partido.
Y salió esta locura hermosa, que todos vivimos en el "Quincho". No sé si se jugó bien, en tal caso la frase más atinada la soltó Juan Galli en pleno festejo: "Goiburu, salimos campeones, no me hablés más de básquet". No sólo los que formamos parte (de alguna u otra manera) del básquet del club, sino todo Kimberley deliró en la tribuna visitante de Unión. Viejos conocidos del billar, dirigentes, gente del fútbol, padres, familiares, amigos. La familia "verdiblanca" unida como tiene que ser. Y ustedes rompiéndose la cabeza contra el piso, para disputar cada jugada como si fuera la última. Si no es esto, ¿que carajo significa un club?
22 de Diciembre de 2014, Matias Pina tira la pelota al aire y desata los festejos. Los festejos: jugadores, entrenadores, hinchas, banderas, abrazos, lágrimas. La fiesta se traslada de 9 de Julio y Dorrego a la sede de nuestra institución. La pileta moja primero a los que consiguieron este logro, pero después se suma todo el mundo, porque la alegría nos invade a todos. Toda una noche festejando, un brindis tras otro por el campeón. Y un festejo que durará varios días más y quedará en la historia del básquet de Kimberley.
Kimberley obtuvo su 15ª estrella en el básquet marplatense. Todos disfrutamos de este momento único que es ver al escudo del club en lo más alto, pero el principal reconocimiento es para ustedes, que lo consiguieron en la cancha (donde se ven los pingos). Gracias a Martín Márques, Bruno Antenucci, Gustavo Moyano, Julián Roumec, Augusto De Marziani, Mariano Van Gool, Gustavo Sena, Diego Lofeudo, Matias Pina, Juan Galli, Matias Bonfiglio, Sergio Sabater, Nicolás Panelo, Juan Pablo Goiburu, Lucas Chichoni, Emiliano Alló, Agustín García. ¡Salud!
"El verde ya salió campeón..."
